Un paso infernal por las dunas argentinas

A un día de culminar el rally más importante del mundo, Nunzio, Daniel, Desiderio y Tony continúan la aventura. Las dunas de Fiambalá, provincia de Catamarca, y la Travesía del Zanjón, provincia de San Juan, significaron un quiebre importante en este capítulo latinoamericano del Dakar. 

Lo que venía siendo una competencia compleja pero superable, en dos días se convirtió en una odisea infernal donde sólo los mejores llegarán al podio en Rosario.


La "Niña Bonita", camioneta conducida por Coffaro

Ser mejor en una competencia de este tipo no está asociado exclusivamente a la velocidad con la que el piloto conduzca. La pericia del copiloto para indicar la mejor ruta a su compañero, evitar obstáculos de peligro mayor, alcanzar todos los way points y llegar a la meta con el auto entero y rodando, es primordial.

Hoy es 15 de enero y llevamos 12 días de competencia. Mientras en Venezuela se celebra el Día del Maestro, en Argentina, nuestros criollos nos enseñan una lección de coraje y perseverancia. 


La etapa 10, realizada el 13 de enero a partir de las 7am, hora en que largó el primer piloto en la clasificación, implicó un recorrido de 278km a través de las Dunas de Fiambalá, “la secuencia más crítica del rally donde pilotos y vehículos deberán demostrar su aptitud para la resistencia extrema”, reza el Carnet de Ruta que otorga la organización a todos los inscritos.


Nunzio Cofaro, líder del Team Azimut

Coffaro y Meneses volvieron al campamento en La Rioja cerca de las 12 de la noche. Su uniforme y sus zapatos cargados de arena completaban la estampa de agotamiento y contrariedad en sus rostros. El paso por Fiambalá les llevó poco más de ocho horas. “Hay pilotos que no aguantan la potencia de sus carros y hay carros que no soportan la exigencia de sus pilotos. En el 2013, yo era un piloto que no aguantaba al auto y ahora es el auto el que no me aguanta a mi. Cuando le meto la pata se recalienta”, reflexionaba Coffaro mientras los mecánicos iniciaban las reparaciones. Esa noche, culminaron en el puesto 51 de la clasificación por etapa.

Desiderio Ferraz y Tony del Villar quedaron atrapados entre los primeros 50km de las dunas: “No teníamos tracción porque perdimos el trípode y el carro no avanzaba ni medio metro. Intenté subir la duna pero cuando la camioneta ya no daba mas comencé a surfear sobre la arena, iba con la camioneta prácticamente de lado para poder avanzar, como si se tratara de una ola. No te puedes detener porque te hundes. Allí fue cuando perdimos el trípode”, narra Ferraz sentado junto a su copiloto la noche del 14 de enero en la que después de dos días probaban comida caliente.

En medio de la noche, piloto y copiloto debieron desarmar dos veces el tren delantero. De repente apareció un camión en competencia que los sacó del “Cenicero” -así le dicen al hoyo de arena donde se quedaron atrapados- y los colocó en la parte más plana de la duna donde otro camión inscrito en la carrera los llevó hasta el punto de control.


Tony del Villar (copilo) y Desiderio Ferraz (piloto), equipo novato del Team Azimut.
Tal odisea culminó a las 8 de la mañana del 14 de enero, cuando los novatos llegaron al Campamento de La Rioja, se hidrataron y sin cambiarse ni comer, se presentaron en el punto de largada para salir a recorrer los 431km de la etapa 11 hasta San Juan. 

“Salimos del campamento a las 8:44am. Llegamos retrasados al punto de salida de la especial sin habernos ni cepillado los dientes y sin gasoil en el auto. Cuando llegamos allá, supimos que la organización nos regaló media hora mas a todos los competidores. ¡Nos salvamos!, narra con mucha satisfacción Tony Del Villar al finalizar la etapa 11.

Daniel Meneses, copiloto de Coffaro
Daniel Meneses, copiloto de Coffaro, cierra la narración con una reflexión valiente: “Este es nuestro tercer Dakar y nunca habíamos sufrido tanto. Arrancamos con buenas posiciones en las primeras etapas y hoy debemos aceptar que no vamos a entrar en el top ten. Ya la carrera esta definida y los primeros clasificados se arriesgan todos los días a perderlo todo”.

Ambas duplas culminaron la etapa 11. A estas alturas, pilotos consagrados han salido de la competencia por descalificación o abandono pero el tricolor patrio, rotulado en los autos 357 y 361, continúa la travesía del Dakar. Nuestros héroes, valientes, incansables y optimistas, siguen en pie.

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